La alfalfa, también conocida como alfalfa, tiene un alto contenido en proteínas, por lo que es un gran cultivo para pastoreo, heno y ensilado. Se valora por su capacidad para soportar condiciones difíciles, especialmente sequías, pero también otros impactos climáticos. La alfalfa es muy nutritiva y, por lo tanto, sirve como una excelente fuente de proteínas, vitaminas y minerales para el ganado. Algunos creen que es una de las fuentes de proteínas más subestimadas en el ensilaje, principalmente debido a su alto contenido de proteínas de alrededor del 16 por ciento.
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Las raíces profundas de la planta son especialmente apreciadas, en primer lugar por su resistencia a las sequías y al calor. En segundo lugar, las raíces contribuyen a la alta calidad del suelo al reducir su densidad. La alfalfa también tiene una tasa de rebrote impresionante y, en las condiciones adecuadas, se puede cosechar hasta 13 veces durante una temporada. La planta se cosecha cuando alcanza cierta madurez, normalmente antes de la floración, para garantizar un contenido nutricional óptimo. Al utilizar pacas, no sólo se mantiene intacto el contenido nutricional, sino que también hay una mayor flexibilidad en cuanto a cuándo se puede cosechar cada parte del campo.
